sábado, 9 de noviembre de 2019

Libertad de amistad.


 ¿Qué hace decidir a permanecer junto alguien, en contra de la libertad de huir?
 Si no se le teme, no hay de qué preocuparse, así, que aun con el lepidóptero sobre mí, aguanté el tipo y no salí corriendo, tuve la libertad de estar con él... Supe desde el primer momento que no me iba a inferir ningún daño.



In The Pond..., en la charca.

   Dedicando unos minutillos a observar una pequeña charca, o..., quizás pasara incluso alguna horilla. Porque creo que cuando estoy intentando conectar con el mundo de los artrópodos, el tiempo (como decía Seneca, en "Sobre la Brevedad de la vida") se me escurre entre los dedos, como el agua con el que lavo mi cara cada mañana...


 Quedé muy contento, pues poco a poco fueron haciendo acto de presencia, primero los voladores, luego los acuáticos, despues, en las paredes, y por supuesto, entre la materia orgánica que se va generando en las orillas de la charca, se movían pequeñillos insectos, que ya se me escapaban de mi máquina de estampar la vida, puesto que no está preparada para ello, tan solo disfruté de poder observarlos.

Lo mejor de todo es observar que donde en otras ocasiones tan solo observé larvas de mosquitos, esta vez, pude comprobar con alegría la cantidad de Libélulas que se habían reproducido en la charca, lo cual quiere decir que se regula el control de mosquitos por sí solo, la naturaleza al fin nos hecha un cable. Ya que tras las últimas lluvias, resultado de esta charca, nos iban a "freir" los culícidos. De hecho, no observé ninguna larva de mosquito, en la orilla, claro, las larvas como los imagos de libélula, se han debido de "poner las botas".

Me gustó poder clasificar dos especies de Sírfidos, hacía algún tiempo que no les veía revolotear por la zona, y ya digo, me alegró verles de nuevo...

El pequeño Hemíptero acuático, he podido comprobar que le ha quitado el terreno (acuático), a los coleópteros acuáticos que en otras años he podido ver por este lugar, antes había muchos, por cierto cuando ví estos hemípteros, creí que eran ellos, los coleópteros, pero me di cuenta que nadaba de espaldas, ya que se le ven sus largas patas natatorias del bajo torso. Les heché de menos a mis queridos coleópteros acuáticos, ya que estos hemípteros, no me alegran tanto.
















 

miércoles, 23 de octubre de 2019

VANESA BELLA DAMA.

Por caminos entre tierras labradas a la espera de su próxima generación de productos consumibles, y entre granados con el fruto por los suelos, me encontré con esta "Bella Dama"... Una Vanessa, la Cinthya Cardui, que perseguí durante minutos, olvidando la existencia del mundo que me rodeaba.

Fueron unos segundos, quizá minutos, luchando, convenciendo a ese artrópodo volador para que me dejara reflejarlo en la máquina fotográfica. Paciencia, tenacidad, suavidad, para sincronizarnos en un "corre que te pillo".

Creo que mereció la pena, al menos esos segundos o minutos olvidé la pesadilla del despertar contínuo que padezco, respirando aires de libertad y grandeza, rodeado de cielos intensos, terrenos nada sintrópicos prevaleciendo la producción a la calidad y la conservación del medio, ¡qué pena! es lo único relativamente desalentador de los paseos por el campo, la tecnología e intoxición de esas tierras explendidas y maravillosas que tenemos, pero explotamos para nuestra cadena alimenticia que no puede fallar, ni parar de producir una sin razón de productos lucrativos, que consumirán a cientos de kilómetros de ese lugar.

Al fin y al cabo un bonito paseo..., y húmedo.












jueves, 19 de septiembre de 2019

CREMATOGASTER SCUTELLARIS. Cortejo al atardecer.

Hoy vuelvo a colgar unas fotos de Formícidos,  Crematogaster Scutellaris que tantos años me acompaña en el falso pimentero del campo.

Nunca había reparado en su ciclo de reproducción, y el martes pasado, día 17 de Septiembre, ya al atardecer, fui a echarles un saludito encontrándome con que estaban de fiesta, vamos que allí estaban los pretendientes, las mozas, y todos revueltos en un intento de incrementar la natalidad.

Verdaderamente las fotos no están nada claras, pero puedo atisbar unos alados negros, más pequeños, o de tamaño semejante al resto, que son los machos procreadores, y otra con su vivo color rojo perceptible en la cabeza, y un tamaño más considerable, debe ser una futura reina, la hembra reproductora. Puede que esté equivocándome en la asignación de géneros, pero lo que sí es cierto es que estaban de cortejo, intentando enamorar a sus potenciales parejas sexuales. Aunque esto no es un blog científico, navegando por internet, he podido comprobar esa información.

Les hice unas foticos, a cual de ellas peor, y las dejé en paz que ya caía la noche.



  Foto Nº 1: se observan como he comentado, lo que creo son machos procreadores alados, de tamaño pequeño y con un color en negro, en cambio la que se observa más al centro de la imagen, es de un tamño mayor que los otros, y con su tono de color en la cabeza totalmente rojo, aumentando de tamaño la imagen observo el abdomen mucho más grande que los otros, un tamaño considerable, por ello le cuelgo el "san  benito" de hembra, quizás una reproductora reina.              
    
                             
Foto Nº 2: También se ve claramente la diferencia de tamaño entre los que más abundan (hablando de los alados), pequeños y unicolor negro, y la de tamaño grande, con su cabeza roja.



Foto Nº 3: Aquí fácilmente se puede comprobar la diferencia de tamaño de la que "supuestamente" creo la hembra reproductora, la que formará nuevos individuos, del resto, tanto el alado de la parte superior, como de sus semejantes.

Espero no estar muy equivocado respecto a la distinción sexual, porque no he sido nada científico, y las fotos tampoco es que aclaren mucho.



miércoles, 21 de agosto de 2019

CREMATOGASTER SCUTELLARIS.

   Dicho sea, que sobre especies de formicidae (hormigas) me pierdo en un mar de confusión. No se reconocer especies a primera vista (y puede que ni a segunda ni tercera), aunque en esta ocasión me he preocupado de descifrar la especie en concreto, más que nada porque las de la foto, comparten conmigo varios años visionándolas.

Así que en varias ocasiones han sido punto de mi objetivo, ya hace años también me preocupé de distinguir estas hormigas, llegando como en esta ocasión a conocer su especie.

Esta colonia de hormiga que fotografío, vive en un árbol que ya tendrá más de cuarenta y cinco años, el cual conozco desde 1990. Sus nidos como se observa en la foto, están en el interior seco de un antiguo corte de poda, pero siempre las he visto buscarse la vida en formación hacia lo alto de dicho árbol, que yo sepa, nunca las ví bajar de éste, por lo que deduzco que el "falso pimentero" (que es el tipo de árbol que las cobija), tiene suficiente alimento para darles vida, formando así un ecosistema para su desarrollo.

He leido en varias páginas de internet, una de ellas la conocida "Wikipedia", que este tipo de hormiga es depredadora de la procesionaria, supongo que se alimenten de los huevos puestos por la mariposa "Thaumetaopoea pityocampa", o las larvas en primer estadio, ya que justamente estos huevos son puestos en la misma época activa de alimentación de la hormiga. No sé, pero es interesante a tener en cuenta, ya que no deben dañar al tipo de árbol donde cohabita esta mariposa, pinos, cedros o abetos.




miércoles, 12 de junio de 2019

Artrópodos Acuáticos.

Tras mucho buscar por internet y manual de insectos, me rindo. No logro encontrar o describir este pequeño artrópodo que sugiero encasillar en los ácaros, en este caso acuático, ya que pululaba o nadaba en una pequeña charca, entre coleópteros acuáticos y alguna (superviviente) larva de mosquito. Tampoco las fotos son muy claras, y no he observado con lupa o aumentos.

Lo más parecido me aventuro a decir que es un Ácaro Hydracaridae o Hydracarina, un artrópodo bentónico.

Se veía a simple vista intentando ver larvas, fijé la vista sobre un pequeño punto rojo (no llegaría a un par de milímetros de diámetro), ya que no se veían las patas. Se movía con un movimiento suave, como dejándose llevar por el aire, pero cambiaba de dirección, esto hizo que lo descubriera.






sábado, 26 de enero de 2019

Oruga de Thaumetopoea pityocampa


25 de enero, a medio día buscando el solecito, templaditas en un día con una temperatura entre 11 y 15º C.
Avanzando las orugas de la procesionaria, activas fuera del bolsón reconstruyéndolo para su ampliación, ya que conforme crecen ellas, necesitan más espacio para refugiarse.

Hoy no es un día con aire, por lo que no he dudado en fotografiar estos bolsones que estaban en pinos jóvenes, a una altura perfectamente accesible, lo que puede constituir un grave peligro de recibir en nuestro cuerpo el síntoma de su  thaumatopina, toxina que contienen en los pelillos urticantes estas orugas tan llamativas, bien tras el contacto directo o mediante desplazamiento por el aire de esos pelos, nos puede provocar irritaciones y/o reacciones alergicas.

sábado, 19 de enero de 2019

"Biocidas naturales".

Biocidas naturales.

Esto no fue ayer, ni hoy, ni la semana pasada. Fue uno de tantos días en mi jornada como aplicador de biocidas:


   Era un restaurante, del cual nombre ni dirección importan, siquiera se si todavía sigue abierto o funcionando. Era por la mañana, antes del ajetreo para comenzar a preparar comidas y demás. Tenía un aviso de que el local le había sido requerido el certificado de DDD por sanidad, y el cliente en principio aceptaba que observó algún ratón.


La inspección para colocación de los cebos fue farragosa, donde quiera que apoyara las manos (en cocina), éstas quedaban pegajosas, así deducía que cualquier inspector que hubiera pasado por esas instalaciones, le pidiera tal certificado, y seguro que si no le hubiera supuesto un trauma post laboro, lo clausuraría sin dudar.


Ciertamente fue sorprendente el no observar mucho movimiento de roedores, pero no obstante fui aplicando cebos estratégicamente por el local. Cual sería mi sorpresa al comprobar el misterio de la falta de huellas roedoras, y ésta no fue otra que dichos animalillos, los pobres, no esperaron a mi labor para ser arremetidos, sino que sobre las cámaras altas de la cocina (dos al menos), estaban estos disecados unos, agonizantes otros, y en los huesos varios, la cocina había generado su propia estrategia de defensa: "la Grasa", estaban todos pegados en la inmunda y asquerosa típica grasa de la cocina mugrienta y vil. Pronto deduje que el hedor que merodeaba por el local se debía a la autoprotección de la cocina contra invasores de más  de dos patas y peludos.



Esto me enseñó como la naturaleza es sabia, y aun en un clima artificial, creado por los humanos, al final ésta predomina por su sabiduría, pues sino, no quiero ni pensar el número de roedores que podrían haber sido inquilinos del local.